Como lo plantea Touraine (1999:281) en la democracia se trata de hacer vivir juntos a individuos y grupos que son a la vez diferentes y semejantes y cuyos proyectos muchas veces se oponen entre sí. En este sentido podemos hablar de lo que se ha llamado “una convivencia democrática” que sólo es posible si se desarrollan ciertas habilidades que no se dan de manera natural, sino que deben ser aprendidas y en consecuencia, enseñadas. “Una primera base de esta reflexión es la trasformación del papel de los niños y niñas en un proceso histórico que les ha permitido emerger legalmente como sujetos de derechos, pero que en la actualidad se enfrentan a actitudes y prácticas que los reducen a ser considerados como objetos o propiedad de los adultos y que les niegan su capacidad de aportar en la sociedad.”